La fiebre fétida de Bush

(Publicado en Reseñando el 13 de agosto, 2004)

¿Acaso fue sólo un sueño? ¿Los últimos cinco años realmente pasaron? se pregunta Michael Moore en los primeros minutos de Fahrenheit 9/11, uno de los filmes más controversiales y provocativos del año, presentado por primera vez en Nicaragua ayer en la Alianza Francesa de León. ¿Realmente las elecciones presidenciales del 2000 en EU fueron decididas por un Tribunal y no por el pueblo? ¿Realmente Bush fue selecto (y no electo) teniendo menos votos que Gore? ¿Realmente se derrumbaron las Torres Gemelas? ¿Realmente murieron más de 3,000 personas en menos de 20 minutos? ¿Realmente se atacó y bombardeó Afganistán e Iraq sin encontrar a ese tal Bin Laden ni armas químicas o de destrucción masiva? ¿Realmente sucedió? ¿No fue todo un sueño? No. Nada fue un sueño, todo pasó y Moore nos lo presenta con su genial humor y comentarios agudos.

Michael Moore

Sí, pasó. Desde el sobrino de Bush, John Ellis, encargado de FOX la noche en que esta cadena lo declara ganador en la Florida, dirección seguida por el resto de noticieros (algunos incluso corrigiendo noticias previas); pasando por los datos que prueban que durante los primeros ocho meses de su presidencia, Bush estuvo de vacaciones el 42% del tiempo, sin que los ataques al WTC le hicieran cambiar, pues para abril de 2004 ya sumaba unos 500 días (40%) de ocio; hasta ese Bush incapaz, sentado en una escuela primaria, aprovechando la oportunidad de fotos, mientras su país está bajo ataque. Más de siete minutos habían pasado y Bush sonría a las cámaras, pero no movía un dedo. ¿Será que estaba pensando en aquel reporte que le había sido dado un mes antes en que decía que Ossama Bin Laden planeaba atacar EU secuestrando aviones? ¿O estaba pensando: “Oh my God, ¿por qué me fui de pesca ese día”?

El documental sigue presentándonos los vínculos de los Bush con los Husseins, los Talibanes, los Al Qaedas y los Bin Ladens, lazos tan fuertes como negocios, armas y petróleo. ¿Cuántos sabían que Bush estaba en el negocio del petróleo gracias a un amigo de la familia Bin Laden? ¿Y qué tal le va? De la misma manera en que le había ido en cualquier empresa: llevándola casi a la quiebra. Éste es el mismo Presidente que infructuosamente intentó detener a su propio Congreso de que llevara sus propias investigaciones en el caso del 11/Sept., y el mismo que censuró 28 páginas del reporte presentado por éste, ¿por qué? 

Y lo de Iraq, ¿realmente ocurrió? Sí, el 19 de marzo del 2003, Bush y los EU (con autorización del Congreso) invaden este nación soberana que “nunca había atacado o amenazado a EU y que nunca había matado a un ciudadano norteamericano”. ¿Qué hace Moore? Se presenta ante los congresistas a pedirles que enlisten a sus hijos en el servicio militar (de 535 miembros del Congreso, sólo uno tenía un hijo enlistado en Iraq): todos se escabullen de la cámara y nadie se adhiere a la “heroica” oferta. ¿Y qué decir de Lynda, una madre pro-guerra cuya metamorfosis podemos observar después de que su hijo muere en Iraq?

Fahrenheit 9/11 nos presenta a EU atrapado en una neblina densa de constante miedo provocado por su propio FBI, un pueblo empujado a aceptar el USA Patriot Act, aunque éste infringiera derechos civiles básicos, mientras los verdaderos ganadores de esta guerra son las compañías, pues en toda guerra son éstas las que siempre sacan provecho. ¿Realmente vale tanto el petróleo para justificar tantas muertes y tanto miedo? “Es a la ignorancia a la que nos enfrentamos todos los días”, fulmina el documental.

Fahrenheit 9/11¿Qué pretendía Moore al hacer este documental? La respuesta más honesta la presenta el mismo documental, cuando Bush, quien habla de sí mismo como “Presidente del Mundo”, le indica a Moore en tono desafiante que “busque un verdadero trabajo”. La respuesta a ese reto es Fahrenheit 9/11, un espectacular trabajo en el que el Moore dedicó más de un año dirigiéndolo, editándolo y produciéndolo, llevándonos a las entrañas de la guerra y mostrándonos un EU asesino y asesinado al mismo tiempo, porque no se puede matar a otra persona sin antes matar un poco de uno mismo.

El documental presenta cruda (¿acaso la realidad no es cruda?) y sin ningún rodeo (tal y como debe ser) los hechos que no vimos en la televisión, las historias que no leímos y la realidad que no escuchamos, esas, que como a Hamlet, nos golpean en la cara (y en el corazón) haciéndonos gritar a lágrima colérica: algo huele a podrido y el olor viene del actual gobierno del Norte.


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© Ulises Juárez Polanco v4 | JP, MD, y UJP | 2,541,364 visitas desde 21/09/2011
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